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La primera vez

Ciertamente, es la primera vez que escribo y menos que creo un blog propio. Como no lo he echo nunca, apreciaría que mis lectores (en el caso de haber alguno) me ayudaran recalcando los errores cometidos. Ya sean de gramática, estructura o sentido, no estoy seguro de lo que durará esto pero agradecería tu ayuda.

Este blog se centra casi en exclusiva en las vidas de varios de mis personajes de rol, así como bocetos de historias para futuros personajes. Intentaré ser lo más constante posible aunque con la universidad me será difícil.

Prólogo de Pj Rol pathfinder

Aquí viene la primera publicación del blog, sed sinceros y decidme como de mal esta escrita e iré mejorando con cada nueva publicación. En resumen, no es más que el prólogo de un personaje que escribí en una tarde pero que me animó a crear lo que estáis leyendo, disfrutadlo.

Mi nombre es Trebor Sliver Willmort, mi madre pensó que llamándome así el diablo que habita en mí se mantendría calmado por más tiempo, nada más lejos. Soy el fruto de la unión forzosa de Sonia Willmort, una afamada cazadora de bestias, y un hombre de la noche, el cual es conocido por el nombre de Galamoth Sliver el vampiro. Por lo tanto soy un Dhampiro o bastardo de la noche, algo más alto y longevos  que los humanos normales, preferimos la cálida noche antes que la fría luz del alba.

La orden ShirubāŌkami (Lobo Plateado), el brazo armado de la iglesia de Saletra, una organización formada solo por mujeres con el único propósito de acabar con la raza de los demonios y todas sus malvadas criaturas, a la cual mi madre yo pertenecíamos estaba tras la pista de Galamoth. Tras horas de lucha el vampiro consiguió acabar con la capitana del escuadrón y solo quedaba en pie mi madre armada con su maza corta, entonces ella lanzo un golpe que le partió el hombro  pero el arma acabó en la otra punta de la habitación permitiendo que Galamoth la sometiera. La descubrieron poco después dormida junto a los cadáveres de sus compañeras, era la única que no estaba mordida.  Así es  como ella lo contaba.

Meses después de que yo naciera el consejo de la iglesia se reunió con el fin de estudiar mi caso y decidir mi destino. Se decidió que me convertiría en un miembro vitalicio de la orden y seria instruido en las “artes sombrías”, así es como las llamaban, por parte de Teresa Willmort, mi tía.

A la edad de 5 años el pelo empezó a volvérseme gris y blanco, los ojos se me oscurecieron sin poder distinguir ni si quiera mi iris y mi tez se volvió mas pálida. La sangre de Galamoth estaba empezando a hacerse notar en mí. Fue entonces cuando  se decidió que comenzara mi entrenamiento.

Poco sabia de mi tía Teresa más allá de que era una maestra en el uso de asesinar monstros y conseguir información y que varios miembros de alto rango de la orden le tenían miedo.         

Cuando me llevaron a su casa, ella estaba encantada de poder adiestrarme en su “disciplina” quería comprobar hasta dónde llegaba mi potencial.                                                                  

Teresa vivía en una mansión enorme, blanca y roja, suelos de mármol, estatuas de piedra y grandes salones. La casa está en un país del norte en el que la orden no tiene presencia, o eso se supone.  Allí pasé los primeros años de mi vida entrenando en las grandes bodegas de la casa para poder ser alguna vez un miembro importante de la orden.

Teresa me explicó que los otros llaman artes malignas u oscuras ella llamaba el camino del Ninja, sersigiloso, fuerte y letal son las principales cualidades de un ninja, eso decía ella siempre. Diez años tarda un humano medio en dominar los entresijos y misterios de las artes y movimientos ninjas, yo tarde tres. Fascinada por mi rápido aprendizaje Teresa me enseñaba cada vez más y más rápido, pasando del combate al engaño verbal pasando por el engaño sexual.

No recibiría la invitación de la orden hasta cumplidos los 27 años cuando Teresa decidió que estaba listo.   Recuerdo perfectamente ese día, llovía, tronaba y la luna en cuarto menguante parecía que nos sonreía con lascivia. Entramos en la sede principal de la orden, en …, Teresa estaba tranquila como siempre nunca la vi temblar ni ponerse nerviosa ante nada ni nadie. Yo por el contrario, aparte de tener una apariencia de estatua,  callado, frio y calmado, estaba deseando tener el honor de tener mi primera misión de la orden, y de volver a ver a Sonia. Pasamos la puerta principal con el emblema del Lobo y los colores rojo y blanco característicos de la orden y llegamos al salón de la Obispa Mayor Julia.

Todos los altos cargos de la orden en Corpia estaban allí, más de 40 personas esperando por ver el fruto de su inversión. Teresa me miró fijamente, una mirada que había visto tantas veces que podía oírla decir “Ni una palabra hasta que te lo diga”. Así fue, Teresa habló con los líderes de la orden durante horas, explicándoles  los progresos de mi entrenamiento y logros anteriores cazando bestias menores así como mis posibles usos como miembro hibrido medio monstro de la orden. Tras meditarlo unas horas más la orden decidió probarme en mi primera misión en solitario, asesinar a una manada de kobold que atacaba una aldea cercana.

No tardé ni 1 día en decapitar a los kobolds, pensé que así tendría más tiempo para buscar a mi madre. Cuando llegue de vuelta a la base me recompensaron dándome el estatus de miembro honorario, así me convertí en el primer miembro no humano, no mujer de la orden ShirubāŌkami.    Me dijeron que Teresa se había ido a otra misión y que tardaría una semana en volver. Busqué a mi madre por toda la base de Corpia, no la encontré por ningún lado, pregunté pero nadie me dijo nada de ella e incluso negaban que hubiera nadie con ese nombre en la orden.                                                                                                                                   

A la semana Teresa volvió, estaba más callada y seria que de costumbre. Le pregunte por mi madre y ella me respondió que atentó contra la vida del Obispo del Oeste, llevándose la vida de una guardiana del templo  y huyo hacia el sur siguen mandando patrullas en su busca pero aún no la han encontrado.

Seguí trabajando para la orden varios años labrándome gran fama entre los cazadores de bestias. Pasé años perfeccionando mis habilidades como ninja, seguí viviendo en la mansión del norte con Teresa y seguía sin saber nada sobre mí madre. Esa época no parecía tener fin hasta que un día a mis 33 años de vida, recibí la misión de investigar unos asesinatos en una pequeña aldea de pescadores, algo brutal pero no excedía lo que podamos llamar “mi rutina”.

La aldea estaba a unos cuantos días de viaje a caballo. Se trataba de un pequeño poblado pesquero en la bahía de Taxus, los cuerpos seguían inalterados y en las mismas condiciones en las que se encontraron, solo que mas descompuestos.  Me puse a investigar me encontré con que los aldeanos tenían unas extrañas marcas en la frente. Eran símbolos religiosos sin relación ninguna con las bestias que solía cazar, además los cortes eran limpios, sin desgarros ni marcas de arañazos o mordidas. Era, sin duda, obra de humanos experimentados.                                                                                                                                            De repente la habitación se iluminó por completo y la puerta que daba al sótano se abrió, una figura humanoide vestida de rojo y blanco, blandía una espada larga con una forma muy rara. La figura se me quedó mirando, desde donde estaba no podía distinguir bien que era, había demasiada luz en la habitación.  Entonces sin mediar palabra se abalanzo sobre mí, un ataque rápido a mi cuello, como si supiera mis puntos débiles. Esquivé el golpe a duras penas recibiendo un tajo en el pecho, pero entonces puede verla perfectamente era una de las guardias personales de la Obispo Mayor. Sin parar a hacer preguntas y suponiendo que la orden venia a liquidarme desenvaine mi wakizasi, lo solté y me quite la camisa en señal de sumisión, no podría ganar en combate singular contra alguien como ella. Intente pedir clemencia y pregunté porque la orden quería mi cabeza. Ella dijo que no era toda la orden solo la Obispo del Oeste, y entonces lanzó un ataque directo a perforar mi pecho indefenso. En cuanto sentí el frio acero atravesar mi piel giré sobre mi izquierda dando una vuelta completa, esquivando el golpe y le lancé un shuriken al cuello, propinándole un golpe letal.            

Una lástima desperdiciar de esa manera una vida, me sangraba el brazo derecho, un corte profundo si no lo remediaba me desangraría. Me pasé más de la mitad de mi entrenamiento luchando contra el impulso de alimentarme de la sangre, pero en esa ocasión era algo necesario y supuse que mi maestra lo comprendería.

Eso era lo que ellos querían, Teresa entró por la puerta y lo que vio no era más que una compañera siendo devorada por un monstruo, un monstruo instruido por ella. Intenté explicarme pero antes de poder abrir la boca me arrancó el brazo de un tajo. Pensé que iba a morir asique cogí la espada con la mano izquierda y me concentré en la defensa. “Ella me atacó, me dijo que todo estaba predicho”, intenté explicarme sin éxito, “La Obispo del Oeste me mandó liquidar”. Eso fue todo lo que pude argumentar, me desmaye por la falta de sangre.

Lo siguiente que recuerdo es despertarme en un carro al dia siguiente. No había nadie más en la diligencia solo yo y una nota a mi derecha:

“Trebor, disculpa lo del brazo, recibí la misión de que habías matado a una compañera de la orden horas antes de que llegarás a la aldea de pescadores, algo difícil. Te corté el brazo para tener una prueba de que estas muerto, el resto del cadáver esta calcinado y es irreconocible. Te mando en un carro hacia el Este donde podrán construirte un nuevo brazo mecánico, y podrás empezar una nueva vida lejos de los lazos de la orden, abrir un negocio y tener una vida sencilla y fácil como quería Sonia. Sé que querías hablar allí pero no podía dejar que te encontraran, ya conocemos las intenciones del Obispo aunque no pudimos prever que te atacaría tan pronto. El es el responsable de la huida de Sonia, ella no ataco al Obispo, todo fue un plan para acabar con ella pero no sé los motivos. Algún día recibirás noticias mías mi querido sobrino, yo seguiré infiltrada en la orden recabando información. Hasta que la luna se ponga roja”.    

Sé que querías hablar allí pero no podía dejar que te encontraran, ya conocemos las intenciones del Obispo aunque no pudimos prever que te atacaría tan pronto. El es el responsable de la huida de Sonia, ella no ataco al Obispo, todo fue un plan para acabar con ella pero no sé los motivos.                                                                                                                           Algún día recibirás noticias mías mi querido sobrino, yo seguiré infiltrada en la orden recabando información. Hasta que la luna se ponga roja”.    

Tras eso no volví a ver a mi maestra ni a nadie de la orden. Fui un chivo expiatorio como lo fue mi madre. En ese momento juré que me reuniría con Sonia algún día. Pero mi historia no se quedó ahí. Poco después de eso y, tras hacer caso a Teresa partiendo al este, con el dinero que me dejó abrí un negocio, la que sería la mayor, más grande y prestigiosa casa de subastas de toda la región.